viernes, 1 de mayo de 2020

BAJEMOS EL VOLUMEN DEL RUIDOSO COVID-19


No sabemos cuándo ni cómo terminará todo esto

Por Carina Onorato Bulat y Laura Calle Rodríguez


De repente nuestra vida cambió. De un día para otro, todo se volvió incertidumbre, especulación, encierro. Nos enfrentamos de golpe a nuestra propia vulnerabilidad. No encontramos las razones, desconocemos las consecuencias y buscamos desesperadamente al culpable. Es decir, nos convertimos -de un momento a otro- en caldo de cultivo ideal para las fake news.

El tiempo que antes utilizábamos en nuestra vida normal: ir a trabajar, llevar a los chicos al colegio, practicar algún deporte, participar de alguna ONG, mantener nuestro estilo de vida, hoy lo debemos pasar en casa. Hoy debemos aprender a trabajar remoto, a no dar más abrazos, ni interactuar con las personas cara a cara. Debemos saber que un enemigo invisible -cuyo comportamiento no comprendemos- está ahí afuera, esperando por nosotros para multiplicarse.

Así, los aparatos que tenemos en nuestros hogares se convierten en extensiones de nuestro propio cuerpo: no podemos despegarnos del teléfono, la computadora, el televisor. Necesitamos saber. Qué novedades hay, se encontró alguna solución, hay cuidados adicionales que debemos tener, nos estarán diciendo toda la verdad, y un sinfín de cuestionamientos adicionales cuyas respuestas no se hacen esperar, aunque siempre de la peor manera: las fake news. Se trata de noticias aparentemente periodísticas u oficiales, cuyo contenido es falso y están motivadas por la intencionalidad del engaño.

Abrir el WhatsApp cada mañana nos plantea un doble desafío: por un lado, identificar cuáles noticias son reales y, por el otro, no dejarnos llevar por la inquietud y la angustia de las que no lo son. Parece una tarea titánica, sobre todo cuando nos encontramos con mensajes que pretenden protegernos, de personas que nos quieren, pero reproducen cosas tales como “para evitar el contagio debés: tomar sol cinco minutos por día; ingerir mucho líquido, pero caliente; hacer gárgaras con vinagre, sal, limón y agua tibia”. La tecnología actual -más el excedente de tiempo disponible por no poder salir de casa- nos pone por demás creativos y solidarios. Así, tenemos abarrotado el teléfono de audios, videos, informes, flyers que nos advierten la gravedad de la situación y nos aconsejan -en nombre de la ciencia- desde la necesidad de no usar maquillaje hasta la última receta para fabricar alcohol en gel. Nos cuentan sobre el plan maquiavélico de cuatro o seis superpoderosos para diezmar a la humanidad, para comprar las acciones que se destruyeron en una economía globalizada y volverse así más poderosos, para vendernos vacunas que no necesitamos y otro montón de acciones propias de una película de terror de bajo presupuesto. Consumimos eso. No podemos evitarlo. ¿Y si fuera cierto? ¿Y si en realidad es momento de dejar cierto escepticismo de lado para empezar a creer lo que nos llega por diversos medios? Ante la duda, el instinto nos hace compartir en nuestras redes o reenviar a nuestros contactos una cantidad enorme de información basura. De pronto, somos funcionales a la generación de un estado de incertidumbre cada vez más dañino para nuestra salud mental.

El problema es la sobreoferta de información. Ya no sabemos si el virus dura diez minutos en una superficie o 48 horas. Si al volver de hacer las compras debemos quemar la ropa utilizada o simplemente lavarnos las manos. Si podemos abrazar a nuestros hijos que están encerrados junto a nosotros o los estamos poniendo en riesgo. No sabemos cuándo ni cómo terminará todo esto. Ante tanta confusión, es necesario no perder el eje y recurrir solo a fuentes oficiales. De lo contrario suceden cosas como el desabastecimiento en los supermercados, la desesperada búsqueda de alcohol en gel por el que se termina pagando fortunas o la imposibilidad de que quienes de verdad lo necesitan no encuentren barbijos porque alguien decidió llevarse todo el stock y no pensar en el otro.

Aunque se trate de personas que respetamos, chequeemos cuando nos envían una supuesta convocatoria a profesionales de la salud por parte del Gobierno de la Ciudad a través de WhatsApp. Esa convocatoria no aparece en la propia página del gobierno porteño. Necesitamos tomar real dimensión del daño que podemos causar. No somos todos bomberos cuando hay un incendio que no se logra apagar, del mismo modo que no somos médicos o especialistas en este tema para enviar consejos que llegan de terceros para sembrar aún más caos.

Estamos enfrentando esta pandemia que viene llevándose numerosas vidas en el mundo y no sabemos en qué creer. Por eso, es el momento de volver a las fuentes; es cuando no debemos desesperar, pero sí ocuparnos del tema y recurrir a sitios como la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de Salud o la página oficial de Presidencia de la Nación. Debemos depositar nuestra confianza en las instituciones que son las responsables de tomar las medidas que nos cuidan a todos.

Esta es la vida. Esta es la realidad que nos toca y seríamos demasiado imprudentes si opináramos con liviandad. Este no es un partido de fútbol en el cual somos todos directores técnicos y podemos opinar. Para salir lo menos perjudicados posible necesitamos tomar verdadera conciencia y dejar de reenviar datos que no proceden de fuentes oficiales. No es momento de estar ávidos por una primicia y no chequear lo que enviamos. Si no nos unimos como sociedad ahora, tal vez perdamos la oportunidad de poder salir adelante juntos. Más responsabilidad y menos envío de información no chequeada. Hasta ahora sabemos que si nos quedamos en nuestras casas, nos higienizamos y nos exponemos lo menos posible, podremos lograr algo inédito para nuestra generación: estar unidos alguna vez. Juntos lo podemos conseguir. Solo hay que informarse por fuentes oficiales y aunque nos lo diga nuestro amigo más brillante, no caigamos en la tentación de replicar mensajes que solo sirven para tirar nafta a un fuego que está en pleno proceso de expansión.

miércoles, 29 de abril de 2020

EL SEXO VIRTUAL EN ÉPOCAS DE PANDEMIA

UNA SOLUCIÓN RÁPIDA Y EFICAZ EN MATERIA DE SEXUALIDAD.


Por Diego Doello

DIEGO DOELLO
La naturaleza del hombre es adaptarse a los cambios del universo, a las modificaciones que pueden desprenderse en un planeta que nunca está lo suficientemente preparado para sostener la  diversidad. Pero de alguna forma, el poder adaptativo, la resiliencia,  las necesidades  y las pulsionales nos llevan a buscar respuestas a nuestra angustia;  y cuando el prejuicio sobre un sexo virtual, que respondía a un comportamiento adolescente que toca los primeros placeres de la pubertad, nos abre a un mundo de respuesta en un momento que nadie penso atravesar.

Pero pensemos primero en el concepto que radica el sexo virtual, a donde nos remite y porqué hoy se establece como una forma segura desde los canales sexuales. El sexo virtual no es algo novedoso en escencia y hace su anclaje en la masturbación pero permite la interacción llevándolo a un nuevo escenario que es el mundo virtual donde la sexualidad explora un nuevo ámbito para el placer y el goce.

De esta forma debemos pensar un sexo virtual como un instrumento que responde a romper las estructuras de una sexualidad estática y rígida, donde  los seres necesitan, en la dinámica de la evolución, establecer nuevos mecanismos de estimulación. Es justamente ahí donde ingresa la era digital con toda su fuerza para establecer formas diferentes que recaen en lo visual, donde sensiblemente permite un vínculo distinto, necesariamente distinto que lo hace un juego que es propiamente aquello que mantiene viva una relacion sexual.
El sexo virtual convive con términos como sexting, nudes, sendnudes, en donde el intercambio de material y elementos eróticos son la clave en la estimulación de la práctica, tal como lo fueron las revistas eróticas o las primeras películas condicionadas. Hoy la pornografía mueve una economía muy elevada en los marcos de las redes sociales y la era de internet, y esto es un indicador del consumo y de la demanda en este nuevo paradigma que podemos empezar a pensar en la sexualidad humana, donde el sexo virtual encontró una puerta importante para establecerse en las relaciones como una práctica necesariamente vital para muchas personas, un modo, una herramienta autoerótica que se conecta a la exposición del cuerpo y de la mente en un espacio virtual para manifestarse en un vínculo con uno o unos otros.
La pandemia Covid19 fue esa gran puerta que encontró el sexo virtual para establecerse sin pedir permiso y con un respaldo en este momento que atraviesa el planeta, exponiéndolo con un sello de sexo seguro, como una respuesta ante un terreno que propone un aislamiento social y el distanciamiento como la clave para la prevención de la propagación del virus. De esta forma, el sexo virtual se acomodó en los dispositivos móviles y en los ordenadores de las personas, para romper el prejuicio sobre aquel que podía convivir con una masturbación activa. Logró unificar un nuevo concepto, una nueva forma de experimentar el placer y una practica sexual; impidiendo que pueda ser visto como un fenómeno desde un punto de vista científico, sanitario, sociológico, como algo que atente contra el bienestar o la integridad psicofísica de la persona.
Así debemos entender el sexo virtual, como una práctica que nace con las nuevas generaciones, pero que se propaga a todas de la mano de la tecnología como aquello necesariamente vital, impulsada por un mecanismo de juego que envuelve todo tipo de erotismo. Involucra a los hombres y a las mujeres desde un mismo lugar de participante activo, brindando un lugar pleno de goce, encontrando placer en la sensibilidad de las percepciones, las fantasías y el fetichismo que no puede desvincularse en toda esta gestión del sexo virtual, sin descriminar un sexo virtual casual, o un sexo virtual para una pareja o relación prolongada entre dos o más personas.
En resumen, la pandemia Covid19 atacó directamente al contacto entre las personas, a esa aproximación tan necesaria en la relación sexual, tan vital. Como respuesta ante la imposibilidad de un normal desarrollo de la sexualidad, el sexo virtual toma la posta para preservar la salud sexual y psíquica  de los seres humanos, y propone un acercamiento que mantiene vivo ese contacto en términos digitales; que permite sostener saludablemente el placer de un encuentro sexual.
De esta forma, en todo el desorden que genera esta problemática a nivel planeta, ya sea en términos sanitarios, políticos, económicos, etc, el sexo virtual es tal vez una solución rápida y eficaz en materia de sexualidad, considerando una de las tantas problemáticas que nos despertó esta situación. Poder pensarlo como un poder adaptativo, una capacidad resiliente, una fortaleza o un intrumento resolutivo, y que es de alguna forma uno de los mejores  mecanismos defensivos que podemos desarrollar, ante la agresión de este virus que nos afecta y desestabiliza en todos los niveles emocionales y afectivos, y desde ahí se puede considerar que el sexo virtual es producto de la inteligencia emocional del ser humano que nos permite una adaptación al medio que hoy nos toca vivir.


Lic. Doello Diego MP98292 Y MN 67834 - Psicólogo

martes, 28 de abril de 2020

SALUD MENTAL Y CONFINAMIENTO


ESTA NUEVA SITUACIÓN IMPLICA LA ADAPTACIÓN DE LAS HABITUALES RUTINAS





MARIA ALEJANDRA GAYOSO

En estos tiempos, significantes como pandemia, cuarentena, aislamiento, confinamiento resuenan en la mente y en cada sujeto se traducen en particulares significados.  Quedarnos en casa, a resguardo, protegiendo y preservando la salud física no nos exime de la afectación de la salud mental.

El confinamiento nos limita; sentimos la falta de libertad para obrar, y eso genera emociones y sentimientos negativos; miedo, enojo, tristeza, frustración. Y en consecuencia manifestaciones psíquicas como la angustia, la ansiedad, la irritabilidad, el insomnio.
A cada persona le afecta en función de muchos factores individuales y las herramientas de afrontamiento que posee ante una adversidad o una situación nueva a la que tiene que adaptarse. Utilizar los recursos que todos los seres humanos tenemos como el humor, la creatividad, la inteligencia, el aprendizaje adquirido en otras adversidades nos permite resguardar la salud mental.
Esta nueva situación implica la adaptación de las habituales rutinas, al inicio de la cuarentena pudo haber resultado más fácil armar una rutina en casa y tratar de organizarse para las tareas del hogar, el teletrabajo, los horarios de sueño y de comida, el esparcimiento (lectura, televisión, juegos) y algunos hasta se animaron a la actividad física.

Con el correr de los días apareció la desorganización, el desgano y con ello el incremento de la angustia y de la ansiedad. Por tal motivo es importante poder establecer una rutina flexible, una rutina que podamos adaptarla o bien reorganizarla todos los días, porque el ánimo va a ser oscilante. Respetar la cuarentena implica un gran esfuerzo, por lo tanto no es conveniente exigirse más de lo que podemos.
Esta situación inesperada irrumpió en la vida de las personas aislándolos de los afectos y de los grupos de pertenencia, pero hay que tener en cuenta que el aislamiento social es físico, el confinamiento no implica incomunicación, por consiguiente es importante utilizar los medios de comunicación que tenemos a nuestro alcance para mantenernos vinculados. Las redes sociales de apoyo son fundamentales en estos momentos y debemos hacer uso de esta valiosísima herramienta.
Estamos frente a una gran adversidad, una adversidad que se presenta como los tiempos actuales de manera global ya que ha afectado al mundo entero. Estamos frente a un enemigo que no podemos ver y del que no conocemos demasiado. Es una amenaza real que genera miedo a contagiarnos o a contagiar, miedo a enfermarnos o a que se enferme un ser querido o cercano.  Por eso es muy importante regular la exposición a la información sobre el tema y tomar en consideración aquello que procede de fuentes científicamente confiables como la información difundida por la OMS y el Ministerio de Salud de la Nación. Eso nos brindará información valedera para protegernos y proteger a los demás.
Este contexto genera incertidumbre, no sabemos cuándo ni de qué modo saldremos del confinamiento, no tenemos plazos, por ende se nos reducen las posibilidades de hacer planes futuros, organizar un proyecto. Dado este escenario es recomendable centrarse en lo que sí podemos hacer y tratar de no pensar en lo que no podemos, para evitar incrementar los sentimientos de frustración.
A esto se suma, en muchos hogares, la falta de recursos económicos, la amenaza de la pérdida de empleo, situaciones que generan efectos perjudiciales en la salud mental.
Como señalé al inicio, la salud mental se ve inevitablemente afectada, en el durante y sin dudas en el después, ya que lo vivido va a modificar nuestros comportamientos y nuestra situación dentro del mercado productivo luego del confinamiento.
Por eso es importante buscar ayuda profesional si vemos que la situación nos desborda, si nos damos cuenta que no encontramos el modo de usar los recursos psicológicos que poseemos.
Las obras sociales sindicales, las empresas de servicios de salud privadas y los profesionales en forma particular han establecido modalidades de atención por videoconsulta o telefónicamente. Asimismo hay instituciones que ofrecen asistencia en forma gratuita y la Dirección de Adicciones y Salud Mental del Ministerio de Salud activó teléfonos de escucha gratuita. Estos recursos también son importantes que se utilicen para poder sobrellevar esta situación de la manera más saludable posible.

María Alejandra Gayoso es Licenciada en Psicología M.N. 24.785
Diplomada en Gerenciamiento de Sistemas de Salud; Formación de posgrado en Trastornos de Ansiedad y Psicoinmunoendocrinología del Estrés.
Es Secretaria de Cultura de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA)


domingo, 26 de abril de 2020

EL COLÓN EN CUARENTENA


RECOMENDACIÓN


Mucho se ha dicho sobre los males de esta cuarentena que ya, prontamente, se transformara en cincuentena. Eso, sin mencionar las atrocidades que provocaría el mismísimo virus que nos tiene acorralados y que nos dio sorprendentes reflejos en otras latitudes con resultados horrendos.

Diferentes opiniones de diversos tenores actúan como disparadores de pensamientos que en otros contextos, quizás, nunca hubiesen existido.
Mucho contenido de todo tipo, que se aprovecha de las distintas tecnologías y los diversos soportes. El mundo se las está ingeniando para sacarle jugo a una nueva modalidad que hasta ahora no resultaba tentadora.

Tal vez, de manera obligada, aprendamos a valorar cuales de nuestras acciones, realmente, merecen nuestro tiempo.
Valiéndose de la posibilidad ante lo imposible, el Teatro Colon de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ofrece una serie de contenidos con espectáculos sublimes en diversas plataformas.
Dignos de aprovechar y con el objetivo de utilizar a la cultura como puente de unión y enriquecimiento, constituyen una buena oportunidad para darse una vuelta por el teatro y ver con qué deleitarse.

Todos los domingos a las 20 horas, reviví en tu pantalla y desde cualquier lugar del mundo las producciones del Teatro Colón de Buenos Aires. #QuedateEnCasa

Como llegar.
Sección: En Vivo
Instagram: @teatrocolon   VIVO

sábado, 25 de abril de 2020

BLANQUEO EDUCATIVO


EDUCACIÓN EN CRISIS TERMINAL

Por: Lic. Flavia Vecellio Reane.


Lic. Flavia Vecellino Reane.
La muerte no siempre llega cuando se deja de respirar. A veces, la entidad mantiene el corazón latiendo, pero el cerebro no funciona ya.

Hace años que la Educación está en crisis terminal. Llevo más de dos décadas en el aula constatando esa agonía desde la primera fila. No estoy diciendo nada nuevo. Guillermo Jaim Etcheverry lo expuso muy bien en su libro La Tragedia Educativa. Pero era una verdad incómoda. No sólo para los que diseñan los planes de educación. También para los padres de los estudiantes.

Dijo Jaim Etcheverry, allá por 1999, que a los papás, en su enorme mayoría, les interesa más que sus hijos vayan al colegio "para que no estén vagueando en la calle" que para que incorporen contenidos y aprendan a pensar. El colegio, por tanto, se convierte en una guardería para niños y adolescentes en la que los padres los pueden dejar mientras ellos se dedican a trabajar, a hacer cursos de postgrado o a pasar el tiempo tranquilos, sin los chicos.

El mundo atraviesa una pandemia que nos obliga a vivir en cuarentena. Y la cuarentena expone una verdad que muchos docentes sabemos desde hace mucho tiempo...
De Talía a Sandra Borghi. De amas de casa a ejecutivas. De papás a mamás. Hoy escucho, leo, veo videos en los que queda muy bien explicado, con ejemplos personalizados, lo que Jaim Etcheverry dijo hace más de veinte años: no importa que aprendan, importa que no incomoden.

"Yo no quiero ser maestra", protesta una periodista en televisión argentina. También otra colega dice: "Ya está, estamos en cuarentena... ¿Qué problema hay si por tres o cuatro meses no hacen nada? Todo bien con las maestras, pero yo no tengo ganas de sentarme todos los días con los chicos a hacer la tarea".

El Ministro de Educación argentino hizo un llamamiento a que los docentes no envíen mucha tarea a los alumnos a través de plataformas digitales. Las quejas de los padres, evidentemente, se hicieron escuchar.

A este blanqueo (ahora están en casa a la fuerza, no molesten con tarea), se le suma otra realidad. Docentes que se especializan en pasar horas cátedra haciendo nada en las aulas se ven obligados a demostrar que trabajan... ¡Los empleadores monitorean la actividad digital! Entonces se preocupan porque "quede constancia", y envían tareas que jamás en su vida pedían cuando estaban sólos con los alumnos en las aulas. Triste realidad.

En nivel universitario el blanqueo es otro. El claustro, en innumerables casos, está integrado por docentes que, por razones de edad o de inconsciencia e irresponsabilidad profesional, se llevan muy mal con la tecnología. Los estudiantes, en tanto, están corriendo esa carrera digital desde que nacieron. Llevan muchos cuerpos de ventaja. ¿Entonces?¡Entonces la soberbia académica aprende lo evidente! La educación es un proceso, por lo tanto la interacción de los elementos es transversal. Aprende el alumno y aprende el docente. Lo contrario, una relación vertical, en las aulas no es educación: es adoctrinamiento, y es dictatorial.
"De las academias, ¡líbranos, Señor!", grita Rubén Darío en su Letanía a Don Quijote de la Mancha. Y yo, universitaria al frente de las aulas, que padecí profesores totalitarios y atrasados, pienso lo mismo que el poeta y periodista nacido en Nicaragua.

La educación sigue respirando. Pero está en piloto automático. No piensa. El cerebro no responde.
El mundo, cuando termine la cuarentena, no va a volver a ser lo que era. Las carreras universitarias, que estaban agonizando en un planeta que estaba cambiando, van a estar muertas. El planeta ya cambió.
En educación, la formación autodidacta es lo que asoma en el horizonte del nuevo orden mundial. Van a ser necesarios mentores, guías, Maestros, a los que consultaremos por afinidades electivas, no por obligación burócrata y administrativa. La educación formal ya no será vista con el mismo respeto nominal. Porque la humanidad está comprobando que lo importante no es cumplir con currículas anacrónicas. Lo que importa es pensar, cuestionar, criticar, sobrevivir.
Lo que importa, el Maestro Covid19 nos explicó con crueldad que lo que importa, es otra cosa.

SEDENTARISMO


HÁBITOS EN NUESTROS QUEHACERES DIARIOS

Por: Gacela Siman Menem

Todos sabemos que estamos transitando una época de pandemia, del covid 19 o coronavirus. Una época de aislamiento social, barbijos, higiene de manos y otras medidas que ayudan a disminuir el contagio del virus. Pero también debemos hablar de qué hacer y cómo hacer mientras estamos en cuarentena. Algunos aprovechan para aumentar su actividad física o mantenerla, pero muy pocos consiguen iniciarse en este momento en alguna actividad. La mayoría se acerca más a la cocina o a la heladera, aumentando así la cantidad y calidad de alimentos con altas calorias. Es la buena alimentacion, basada en proteínas frutas y vegetales, la que nos dará una mejor inmunidad y a eso debemos sumarle el gasto energético; tratar de empezar alguna actividad por pequeña que sea como bailar seguir, un curso on line con kinesiólogo o profesor de actividad física nos llevará a  dos buenas respuestas: la 1) la estimulación de las endorfinas, precursores hormonales que actúan en el sistema nervioso central dando una sensación de bienestar y la 2) gastar energías que se traducen en mantener un peso más saludable.
¿Qué puedo hacer si yo tengo enfermedades del síndrome metabólico como: diabetes, hipertensión, colesterol obesidad u otras y me es difícil empezar? Lo ideal es consultar a un profesional de la salud que nos evaluará y junto con una dieta podremos empezar a controlar la balanza; la presión arterial; las grasas; la glucemia, etc. Pero reitero, es la actividad física, junto con una buena calidad de sueño el primer motor y estímulo que debemos incorporar y es la barrera que debemos romper. Ya que siempre queremos hacer gimnasia después de iniciar una dieta ¿porqué no empezar gastando energías para después acompañar con una alimentación mas saludable?
Es época de adaptación y cambios. Empecemos hoy una rutina de ejercicios que nos lleven a vivir más saludablemente. Es tiempo de cuidarnos. Quedémonos en casa en forma proactiva.
 Dra. Gacela Siman Menem
Mn 83933


viernes, 24 de abril de 2020

“POLÍTICA HACE TODO EL MUNDO AL ANDAR, DESDE TODOS LOS SECTORES”


IVAN CAMAÑO. EL FALLIDO MINISTRO DE CULTURA QUE TRABAJA PARA LOS MÁS VULNERABLES

Por: Laura Calle Rodríguez.

Es músico, oriundo de Quimilí, un pueblo de Santiago de Estero, que limita con Chaco. De familia cantora y guitarrera -como a él le gusta decir- Ivan Camaño comenzó a trabajar en la música por necesidad; sin embargo, su talento lo llevó a los escenarios más importantes del país. Es reconocido por su gran aporte a los sectores más vulnerables de la comunidad. Fue nombrado Ministro de Cultura de la Nación por Alberto Fernández pero, a poco de asumir, su nombre fue desplazado por el de Tristán Bauer. Lejos de enojarse, ese joven que, en Buenos Aires vivió literalmente en la calle, jamás detuvo su vocación social. Hoy preside la Fundación Mision-ar y desde allí brinda ayuda a todos los sectores más vulnerables del país.  

¿Cómo arrancó tu carrera artística?

Anduve con mi guitarra por todos lados con el grupo “Ternura” en giras nacionales que me permitieron pagar la escuela secundaria y continuar los  estudios terciarios en mi provincia. Por suerte gané una beca que me posibilitó venir a Buenos Aires a estudiar la licenciatura en música. Justamente aquí supe lo que es vivir en la calle. De todas maneras, pude salir adelante a pesar de todas las adversidades; siempre con la música; siempre con la espiritualidad y la fe puesta en progresar y no estar sujeto a cuestiones que de alguna u otra manera te van llevando al resentimiento. Necesité comprender cada uno de los pensamientos de los diferentes sectores sociales de Argentina.

IVAN CAMAÑO
Pero un día todo cambió y pusiste por primera vez un pie en el escenario de la avenida Corrientes…

Me tocó trabajar con Alfredo Alcón como guitarrista. Pude sentir temblar el teatro de la calle Corrientes cuando declamaba los poemas de González Tunón junto a Carlos Andreoli. Además, realicé numerosas giras con Tamara Castro hasta su fallecimiento. Fui también víctima del accidente que se llevó su vida. Ahí me tocó volver a levantarme; salir adelante como siempre en la vida. Pude por suerte editar mi primer disco llamado Origen; presentarme en ND Ateneo y estudiar algo que yo amo mucho que es la educación financiera para ver cómo generar dinero dentro de la música y la producción y así comenzar a tener una estabilidad económica y no depender de nadie.

¿Y cómo llega un chico que vivió en la calle a convocar un teatro Ópera?

Llegué con el proyecto Uniendo generaciones. El puente generacional, que lo armé cuando ví que el maestro Vitillo Ábalos había sido rechazado por unos jóvenes que tenían otra mirada; decían que la gente grande  no era para esos momentos sino que la prioridad era la juventud. Justamente la gente grande es la fuente de la sabiduría donde los jóvenes vamos a beber de ella para aprender, para no equivocarnos en la vida y seguir adelante y apoyarnos en el conocimiento, la sabiduría y la experiencia de nuestros mayores. Así surgió Uniendo generaciones que logró llenar el Ópera y después el espectáculo recorrió el país.

Para un chico de un pueblo fue un gran crecimiento…

Totalmente. Luego estuve en el Luna Park; después otro Ópera y de golpe aparecieron diferentes clubes de fans. Ahí busqué la manera de que no me siguieran simplemente a mí, sino que juntos pudiéramos organizarnos solidariamente. Era una necesidad imperiosa de ayudar al prójimo para que las personas no pasaran lo que yo había vivido. Para eso estudié todos los programas interministeriales. Es necesario conocer qué nos corresponde a nosotros como ciudadanos argentinos por los impuestos que pagamos. Entonces fui viendo donde estaba la necesidad y -como se dice en mi pago- me la pasé tocando las puertas de los lugares precisos, donde corresponde y veía las necesidades de cada uno para luego articular con el ministerio correspondiente.

¿Y ahí abandonaste la música?

Jamás la dejé. Paralelamente, mis canciones eran grabadas por grandes artistas como el Chaqueño Palavecino o Raúl Palma. Ahí también me fui interiorizando de lo que nos correspondía por estatuto desde la ley a los autores, compositores y a los intérpretes. Era una manera de conocer mis derechos y mis obligaciones como artista.

¿Cómo ese artista solidario coqueteó con la política?

Política hace todo el mundo al andar, desde todos los sectores. Yo vengo haciendo hace muchos años una política social. Una cosa es contarlo y otra es vivirlo. Es muy diferente pasar hambre de verdad; ver realmente cómo te quema el frío y esa incertidumbre de saber que nadie te espera. Tu techo son las estrellas del cielo y tus frazadas, unos cartones. Son cosas muy complicadas. También sé lo que es vivir en el monte y tener esa desesperanza de que cada tres años te vienen a visitar solamente para las elecciones. Uno después de todo entiende que la herramienta de transformación es estar en el gobierno para poder cambiar la vida de algunos sectores. Siempre creo y sostengo firmemente que acá nació Gardel, Discépolo, Favaloro, muchos ídolos y héroes argentinos y, de esa manera, nosotros debemos comprender que la cultura cambia la vida.

¿Cómo puede un artista que “sólo” cuenta con su talento cambiar su vida?

Si nosotros convocamos a nuestros artesanos y a nuestras industrias culturales y empezamos a exportar, se va a generar materia laboral genuina que le va a dar independencia, estabilidad económica a un gran sector; el de la cultura que está ligado al turismo, al desarrollo social, a la educación, a la salud y a tantos otros. Todo está ligado a la cultura.

Tuviste la oportunidad de ser parte de un gabinete de Cultura…

Armamos un proyecto para que la Secretaría de Cultura, en ese entonces, sea Ministerio. Pero para que se articule interministerialmente y llegarlo a posicionar en lugar donde estén todas las expresiones artísticas y culturales y así darle ese enfoque. Entender bien, por ejemplo, que SADAIC es un ente recaudador de los autores y compositores, pero no para que le tengamos miedo como nos sucede a todos los que hacemos espectáculos porque viene a cobrar. No es así. Creo que SADAIC viene a ayudar a la comunidad. Debe tener un programa donde se ayude y no solamente se recaude; donde se empiece a armar una economía circular. Si valoramos la mano de obra de las industrias culturales que tenemos y todos los ponchos que se venden al exterior o el tango o el turismo receptivo que tenemos aquí, con el dólar a este precio; si eso lo sabemos aprovechar, y si logramos vender lo nuestro, vamos ayudar a este sector que es tan amplio. ¿Cómo? Cubriendo, motivando, incentivado y promoviendo a los productores que organizan los festivales o a los intendentes que llevan a cabo nuestras fiestas populares. En esas fiestas pueden trabajar y vender todos. Hay una cadena muy grande de la economía que se mueve a través de la cultura y el arte. Es necesario entender bien la cultura. Saber que en un mismo territorio se habla diferente, se vive diferente y se piensa diferente. La herramienta de transformación es el gobierno, pero también una institución puede hacerlo. Una Institución como Mision-ar, que sueña, que acciona y realmente llega al corazón.

¿Por qué Ivan Camaño no llegó a ser Ministro de Cultura de la Nación?

La cuestión del armado de gabinete lógicamente le corresponde a nuestro presidente. Entonces, son decisiones que escapan a uno. Pero yo estoy siempre al servicio de la gente. Hace 20 años que vengo trabajando y por eso armamos Mision-ar para seguir haciéndolo. Esa es mi naturaleza: trabajar y ayudar al prójimo desde el lugar que me toque.

¿Por eso nació la Fundación Mision-ar?

Mision-ar nació cuando sentimos la necesidad de armar algo institucional para trabajar en conjunto en pos de la cultura del pueblo. Armamos con todo el equipo de Mision-ar diferentes áreas que articulan interdisciplinariamente para poder ayudar. Esto comenzó por la pluriculturalidad; esto es vivir con diferentes  pensamientos en un mismo territorio y convivir de una manera pacífica Es aceptar al otro como es: uno de River, el otro Boca; uno Radical, el otro Peronista; uno Federal, el otro Unitario; uno musulmán y el otro católico. Todos vivimos en un mismo territorio y debemos aprender a convivir de una manera solidaria. El mundo nos está haciendo un llamado de atención.

¿Misionar ayuda también a los que donan?

Firmamos convenio con más de 1.400 empresas que van a brindar beneficios de descuento en autoservicios, casas de ropa, heladerías, transportes aéreos y terrestres, entre otros. Para brindar esto es fundamental que aporten, desde una silla a un plato de comida, o dinero para la gente y a su vez, nosotros los vamos a ayudar brindándoles una tarjeta con la que van a obtener estos beneficios. ¿Por qué busqué este beneficio para ayudar a los que nos ayudan? Porque soy del interior y viajé por todo el país y conozco la Argentina profunda y sé que la gente del interior viene a Buenos Aires por diferentes razones. Mision-ar debe estar ahí otorgando ese beneficio para que cuando alguien llegue tenga, por ejemplo, un descuento significativo al viajar, en un restaurante, o una farmacia. Mision-ar se está ocupando para que cada pueblo de cada ciudad pueda gozar de beneficios y trabajar con nosotros para seguir adelante con todos los proyectos. Por eso es tan importante que nos ayuden a ayudar. ↛