viernes, 24 de abril de 2020

“POLÍTICA HACE TODO EL MUNDO AL ANDAR, DESDE TODOS LOS SECTORES”


IVAN CAMAÑO. EL FALLIDO MINISTRO DE CULTURA QUE TRABAJA PARA LOS MÁS VULNERABLES

Por: Laura Calle Rodríguez.

Es músico, oriundo de Quimilí, un pueblo de Santiago de Estero, que limita con Chaco. De familia cantora y guitarrera -como a él le gusta decir- Ivan Camaño comenzó a trabajar en la música por necesidad; sin embargo, su talento lo llevó a los escenarios más importantes del país. Es reconocido por su gran aporte a los sectores más vulnerables de la comunidad. Fue nombrado Ministro de Cultura de la Nación por Alberto Fernández pero, a poco de asumir, su nombre fue desplazado por el de Tristán Bauer. Lejos de enojarse, ese joven que, en Buenos Aires vivió literalmente en la calle, jamás detuvo su vocación social. Hoy preside la Fundación Mision-ar y desde allí brinda ayuda a todos los sectores más vulnerables del país.  

¿Cómo arrancó tu carrera artística?

Anduve con mi guitarra por todos lados con el grupo “Ternura” en giras nacionales que me permitieron pagar la escuela secundaria y continuar los  estudios terciarios en mi provincia. Por suerte gané una beca que me posibilitó venir a Buenos Aires a estudiar la licenciatura en música. Justamente aquí supe lo que es vivir en la calle. De todas maneras, pude salir adelante a pesar de todas las adversidades; siempre con la música; siempre con la espiritualidad y la fe puesta en progresar y no estar sujeto a cuestiones que de alguna u otra manera te van llevando al resentimiento. Necesité comprender cada uno de los pensamientos de los diferentes sectores sociales de Argentina.

IVAN CAMAÑO
Pero un día todo cambió y pusiste por primera vez un pie en el escenario de la avenida Corrientes…

Me tocó trabajar con Alfredo Alcón como guitarrista. Pude sentir temblar el teatro de la calle Corrientes cuando declamaba los poemas de González Tunón junto a Carlos Andreoli. Además, realicé numerosas giras con Tamara Castro hasta su fallecimiento. Fui también víctima del accidente que se llevó su vida. Ahí me tocó volver a levantarme; salir adelante como siempre en la vida. Pude por suerte editar mi primer disco llamado Origen; presentarme en ND Ateneo y estudiar algo que yo amo mucho que es la educación financiera para ver cómo generar dinero dentro de la música y la producción y así comenzar a tener una estabilidad económica y no depender de nadie.

¿Y cómo llega un chico que vivió en la calle a convocar un teatro Ópera?

Llegué con el proyecto Uniendo generaciones. El puente generacional, que lo armé cuando ví que el maestro Vitillo Ábalos había sido rechazado por unos jóvenes que tenían otra mirada; decían que la gente grande  no era para esos momentos sino que la prioridad era la juventud. Justamente la gente grande es la fuente de la sabiduría donde los jóvenes vamos a beber de ella para aprender, para no equivocarnos en la vida y seguir adelante y apoyarnos en el conocimiento, la sabiduría y la experiencia de nuestros mayores. Así surgió Uniendo generaciones que logró llenar el Ópera y después el espectáculo recorrió el país.

Para un chico de un pueblo fue un gran crecimiento…

Totalmente. Luego estuve en el Luna Park; después otro Ópera y de golpe aparecieron diferentes clubes de fans. Ahí busqué la manera de que no me siguieran simplemente a mí, sino que juntos pudiéramos organizarnos solidariamente. Era una necesidad imperiosa de ayudar al prójimo para que las personas no pasaran lo que yo había vivido. Para eso estudié todos los programas interministeriales. Es necesario conocer qué nos corresponde a nosotros como ciudadanos argentinos por los impuestos que pagamos. Entonces fui viendo donde estaba la necesidad y -como se dice en mi pago- me la pasé tocando las puertas de los lugares precisos, donde corresponde y veía las necesidades de cada uno para luego articular con el ministerio correspondiente.

¿Y ahí abandonaste la música?

Jamás la dejé. Paralelamente, mis canciones eran grabadas por grandes artistas como el Chaqueño Palavecino o Raúl Palma. Ahí también me fui interiorizando de lo que nos correspondía por estatuto desde la ley a los autores, compositores y a los intérpretes. Era una manera de conocer mis derechos y mis obligaciones como artista.

¿Cómo ese artista solidario coqueteó con la política?

Política hace todo el mundo al andar, desde todos los sectores. Yo vengo haciendo hace muchos años una política social. Una cosa es contarlo y otra es vivirlo. Es muy diferente pasar hambre de verdad; ver realmente cómo te quema el frío y esa incertidumbre de saber que nadie te espera. Tu techo son las estrellas del cielo y tus frazadas, unos cartones. Son cosas muy complicadas. También sé lo que es vivir en el monte y tener esa desesperanza de que cada tres años te vienen a visitar solamente para las elecciones. Uno después de todo entiende que la herramienta de transformación es estar en el gobierno para poder cambiar la vida de algunos sectores. Siempre creo y sostengo firmemente que acá nació Gardel, Discépolo, Favaloro, muchos ídolos y héroes argentinos y, de esa manera, nosotros debemos comprender que la cultura cambia la vida.

¿Cómo puede un artista que “sólo” cuenta con su talento cambiar su vida?

Si nosotros convocamos a nuestros artesanos y a nuestras industrias culturales y empezamos a exportar, se va a generar materia laboral genuina que le va a dar independencia, estabilidad económica a un gran sector; el de la cultura que está ligado al turismo, al desarrollo social, a la educación, a la salud y a tantos otros. Todo está ligado a la cultura.

Tuviste la oportunidad de ser parte de un gabinete de Cultura…

Armamos un proyecto para que la Secretaría de Cultura, en ese entonces, sea Ministerio. Pero para que se articule interministerialmente y llegarlo a posicionar en lugar donde estén todas las expresiones artísticas y culturales y así darle ese enfoque. Entender bien, por ejemplo, que SADAIC es un ente recaudador de los autores y compositores, pero no para que le tengamos miedo como nos sucede a todos los que hacemos espectáculos porque viene a cobrar. No es así. Creo que SADAIC viene a ayudar a la comunidad. Debe tener un programa donde se ayude y no solamente se recaude; donde se empiece a armar una economía circular. Si valoramos la mano de obra de las industrias culturales que tenemos y todos los ponchos que se venden al exterior o el tango o el turismo receptivo que tenemos aquí, con el dólar a este precio; si eso lo sabemos aprovechar, y si logramos vender lo nuestro, vamos ayudar a este sector que es tan amplio. ¿Cómo? Cubriendo, motivando, incentivado y promoviendo a los productores que organizan los festivales o a los intendentes que llevan a cabo nuestras fiestas populares. En esas fiestas pueden trabajar y vender todos. Hay una cadena muy grande de la economía que se mueve a través de la cultura y el arte. Es necesario entender bien la cultura. Saber que en un mismo territorio se habla diferente, se vive diferente y se piensa diferente. La herramienta de transformación es el gobierno, pero también una institución puede hacerlo. Una Institución como Mision-ar, que sueña, que acciona y realmente llega al corazón.

¿Por qué Ivan Camaño no llegó a ser Ministro de Cultura de la Nación?

La cuestión del armado de gabinete lógicamente le corresponde a nuestro presidente. Entonces, son decisiones que escapan a uno. Pero yo estoy siempre al servicio de la gente. Hace 20 años que vengo trabajando y por eso armamos Mision-ar para seguir haciéndolo. Esa es mi naturaleza: trabajar y ayudar al prójimo desde el lugar que me toque.

¿Por eso nació la Fundación Mision-ar?

Mision-ar nació cuando sentimos la necesidad de armar algo institucional para trabajar en conjunto en pos de la cultura del pueblo. Armamos con todo el equipo de Mision-ar diferentes áreas que articulan interdisciplinariamente para poder ayudar. Esto comenzó por la pluriculturalidad; esto es vivir con diferentes  pensamientos en un mismo territorio y convivir de una manera pacífica Es aceptar al otro como es: uno de River, el otro Boca; uno Radical, el otro Peronista; uno Federal, el otro Unitario; uno musulmán y el otro católico. Todos vivimos en un mismo territorio y debemos aprender a convivir de una manera solidaria. El mundo nos está haciendo un llamado de atención.

¿Misionar ayuda también a los que donan?

Firmamos convenio con más de 1.400 empresas que van a brindar beneficios de descuento en autoservicios, casas de ropa, heladerías, transportes aéreos y terrestres, entre otros. Para brindar esto es fundamental que aporten, desde una silla a un plato de comida, o dinero para la gente y a su vez, nosotros los vamos a ayudar brindándoles una tarjeta con la que van a obtener estos beneficios. ¿Por qué busqué este beneficio para ayudar a los que nos ayudan? Porque soy del interior y viajé por todo el país y conozco la Argentina profunda y sé que la gente del interior viene a Buenos Aires por diferentes razones. Mision-ar debe estar ahí otorgando ese beneficio para que cuando alguien llegue tenga, por ejemplo, un descuento significativo al viajar, en un restaurante, o una farmacia. Mision-ar se está ocupando para que cada pueblo de cada ciudad pueda gozar de beneficios y trabajar con nosotros para seguir adelante con todos los proyectos. Por eso es tan importante que nos ayuden a ayudar. ↛









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